El acuerdo fija un requerimiento para que 70 % del acero y aluminio de vehículos sea de Norte América, e incluye siete componentes ‘esenciales’ de 75 % de contenido mexicano.
Desde el inicio de la administración del presidente Donald Trump, en 2017, la industria automotriz de América del Norte se ha visto sacudida por los cambios en las políticas comerciales cuyo objetivo es repatriar la manufactura a territorio estadounidense, por lo que la incertidumbre sobre las reglas de comercio está impactando al sector.
Una vez superada la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) —que llevó poco más de un año y dio origen al ahora llamado Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC)— la posibilidad de que el gobierno estadounidense imponga aranceles del 5 % al 25 % a los productos hechos en México que entren a su territorio sigue latente y pone en riesgo la ratificación del acuerdo comercial.
Si bien el gobierno mexicano atendió la amenaza con un plan para contener la migración ilegal hacia Estados Unidos, condición para que Trump no imponga esos aranceles, lo cierto es que en 90 días a partir del 10 de junio, esta medida podría reactivarse si el presidente estadounidense considera que México no ha hecho lo suficiente para detener a los migrantes que buscan ‘el sueño americano’.
Un análisis del Center for Automotive Research (CAR) de Estados Unidos, indica que esta incertidumbre comercial ha desacelerado la inversión automotriz, que se redujo a casi la mitad de lo que fue entre 2009 y 2015, periodo en el que los fabricantes de autos invirtieron USD 131,2 mil millones en nuevas plantas y mayor capacidad en América del Norte.
Región de socios comericales
Hoy la industria automotriz en la región está totalmente integrada. Aun cuando el 52 % de los vehículos vendidos en Estados Unidos fueron ensamblados en ese país, el segundo destino de ventas de los autos estadounidenses es México.
Esto sin contar que las ensambladoras asentadas en la Unión Americana dependen de las autopartes que envían los proveedores instalados en territorio mexicano. Tan solo en 2018, México exportó USD 59,4 mil millones en autopartes a Estados Unidos, incluyendo las utilizadas para el ensamble de autos y las que se venden como refacciones.
En conjunto, México, Estados Unidos y Canadá produjeron USD 400 mil millones en componentes automotrices en 2017, valor que solo fue superado por China con una producción de USD 600 mil millones. Y los tres países se han mantenido entre los 10 principales fabricantes de autopartes a nivel mundial en los últimos años.
Ahora, la industria automotriz de la región está gastando tiempo y dinero para hacer frente a las cambiantes políticas comerciales de Trump, y con el T-MEC, que está en proceso de ratificación en los congresos de los tres países, el sector tendrá que enfrentar las nuevas reglas de origen que establece el acuerdo comercial signado el 30 de noviembre de 2018.
De ser ratificado este acuerdo trilateral, el valor del contenido regional se incrementará de 62,5 % que se establece actualmente en el TLCAN, a 75 % para autos y camionetas, además de que entre 40 % y 45 % del vehículo deberá fabricarse en zonas donde los salarios sean mínimo de 16 dólares la hora.
También se fijó un requerimiento de que 70% del acero y aluminio de un vehículo debe originarse en América del Norte, y hay siete componentes considerados ‘esenciales’ (motor, transmisiones, chasis y carrocería, ejes, suspensión, dirección, baterías avanzadas) que deberán cumplir en promedio con 75% de contenido regional.
Para Óscar Albin, presidente ejecutivo de la Industria Nacional de Autopartes (INA), estos cambios, que entrarían en vigor en 2020 si el T-MEC se ratifica, podrían llevar de tres a cinco años para su implementación, sin embargo, considera que estas medidas son positivas, pues aunadas a la guerra comercial de Estados Unidos con China, podrían incrementar las inversiones asiáticas en México.
Algunas estimaciones indican que un aumento de 10 % del contenido regional, impulsaría en una proporción similar la producción de autopartes en México en los próximos tres años, sobre todo de automotrices asiáticas que busquen cumplir con la nueva regla de contenido regional.
“Los vehículos importados de México verían incrementos de precios abruptos: al menos USD 1,100 a una tasa arancelaria del 5 % y al menos USD 5,400 si las tarifas se incrementaran hasta el 25 %”
Center for Automotive Research (CAR)
Verónica Alcántara
METALMECÁNICA